El galán de viaje de locura disfruta del momento que le toca vivir y ya planifica lo que vendrá. Habla de su nuevo rol de actor, en el que se siente un poco más afianzado y de su relación con Paula Chaves, el amor surgido en Showmatch.
Su rostro denota cansancio. Peter Alfonso (33) no para desde que su nombre se hizo popular en las huestes de ShowMatch. Con tres años caminados en el medio, hoy el galán se luce en Viaje de Locura, divertida comedia que se presenta en el teatro Holiday. Mientras degusta un jugo de naranja en el Soho Village Hotel para refrescarse, habla de sus mañas, adelanta su boda con Paula Chaves y habla de los rumores de paternidad. "Espero que no me toque descansar, hay que disfrutar. Estos momentos de mucho trabajo hay que aprovecharlos. Hace mucho tiempo que no tenemos un domingo, como se dice, como la gente normal pero estamos muy contentos. Estamos haciendo lo que nos gusta y trabajando...", cuenta.
¿Qué hacés para distenderte?
-Juego a la Play, sobre todo aprovechando que mi hermano está en casa, y trato de estar un rato en la pile. La verdad es que tampoco me relajo mucho porque durante las tardes releo el libro para buscar chistes nuevos, tratando de mejorar la obra. Soy un obsesivo, en verdad todo el grupo es así, siempre seguimos trabajando.
Imagino que al mediodía debés hacer un parate para preparar un asadito, por lo menos...
-No, todavía no aprendí. Prometo aprenderlo antes de irme de Carlos Paz porque ya es un papelón. Igual, estoy bastante cocinero, por lo menos con lo básico. No tengo ni idea de cómo preparar algo elaborado pero trataré de mejorar. Cuando volvemos del teatro, quizá hago unas pastitas, puré, pizza que ya están hechas y sólo necesito meterlas al horno, todas cosas que me salen muy ricas. Por ahí, me juego a hacer una salsita, alguna cremita, estoy aprendiendo de a poco.
En el verano pasado te ponías muy nervioso antes de salir a escena, ¿pasaste esa etapa?
-Ya no me pongo nervioso, cero. Me sorprende lo tranquilo que estoy. Sí tengo un machete como ítem de todo lo que tengo que decir, todos me cargan porque hasta hoy lo sigo viendo pero lo hago por una cuestión de seguridad. Estar más tranquilo me lleva a sentirme mejor plantado, a estar más divertido y relajado. Igual, sigo manteniendo la costumbre de tomarme un fernet. El año pasado, tenía ratos más largos y me iba al camarín a tomarme unos sorbitos. Ahora, tomo un vaso antes de empezar y después ya no vuelvo al camarín.
¿Y al fernet le sumaste algo?
-Por ahí, los días que tenemos dos funciones, un polvito de guaraná que levanta, que se compra en las dietéticas, no es nada raro. De paso, les convido a los chicos porque es como tomarte una bebida energizante.
Estás llamativamente bastante más flaco...
-El Bailando te deja así... No paré nunca y a esta altura puede ser que empiece a engordar un poquito aunque la obra también me saca energía, calorías. El Bailando es un entrenamiento diario y te ayuda a estar más flaco.
¿Qué deseás para este 2013?
-Ojalá que sea un gran año en lo laboral. No sé muy bien lo que voy a hacer después de Carlos Paz. Está la posibilidad de hacer una película, así que iremos viendo por ese lado. En lo personal, quiero salud para mi familia y... ¡que llegue el casamiento!
¿Se concreta antes de fin de año?
-A fin de año me parece que llego bien.
¿Con Paula van a ser padres?
-Si Paula está embarazada, no lo diría.
¿Qué te asemeja al personaje que hacés en la comedia?
-Esa tranquilidad que a veces transmite, es la que tengo yo. O las discusiones con Pau, donde prefiero no discutir o me voy del lugar del conflicto y la dejo con la palabra en la boca, que es peor. Cuando estoy enojado, pienso mil veces todo lo que voy a decir. No soy verborrágico, al contrario, muy cauteloso. Eso no significa que no busque las palabras que pueden herir más.
¿Y cómo sos cuando estás contento, muy contento?
-Soy muy inmaduro, me convierto en un nene de diez años. Me pongo a bailar, cantar. Igual, te repito, en línea general soy muy tranquilo.
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